La gratitud es la memoria del corazón.
La gratitud es la memoria del corazón. Perfumados, por lo regular son los días en que navego, no puedo dejar de percibir ese aroma a soledad, a intimidad que me dan mis faenas en la mar, se convierten en algo que me transporta a tiempos pasados, reflexiono sobre el presente y sueño sobre un futuro incierto. En ocasiones saboreo al cerrar mis ojos, los dulces besos de mi amor en el presente, cuando se diluyen entre el sonido de pájaros, entre el aleteo de viejos pelícanos en franco vuelo que rivalizan con la armonía del choque de las olas contra mi borda. Besos que me acompañan siempre, ahora en mi sosiego saben tan dulces como en aquel día de nuestra primera vez, día de verano donde mecidos por las aguas entre manglares y cocoteros pactamos amor. Cuando estoy al mando de mi nave la siento enorme, marinera, capaz de surcar los siete mares de ser necesario. Entendiendo mi nave sin duda alguna como una metáfora de mi vida. Y sucede, sin previo aviso se coloca ante mí un buque realm