La vastedad de la existencia.
La vastedad de la existencia. Sentado, taciturno, en lo alto de un risco, en sus ojos, ardía un fuego creador totalmente conmovedor, originario. Los rasgos de su rostro no denotaban otra cosa que una profunda firmeza. Con fuerza, un viento violento y estremecedor hacía volar su túnica. Feroz su mirada, sin despegarse ni por un instante del horizonte espléndido que se manifestaba frente a él, sin ninguna humildad ni por un instante, dejaba de pensar que su cometido era necesario, era posible. Así se encontraba este sabio, solo con sus pensamientos, con sus reflexiones. En intervalos distantes en el tiempo, una lágrima salía de cada uno de sus ojos, no por dolor o pesar, no, esos tipos de sentimientos los guardaba muy dentro de él, es más, todas sus motivaciones personales e individuales las guardaba para otro momento, un momento que desconocía. Él sentía que su vida la empujaban otros corceles, otras mareas. Aquellas lágrimas eran generadas, entre otras cosas...