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Mostrando las entradas de febrero, 2021

Coronado con las estrellas.

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  Coronado con las estrellas.    Mis ojos, sin duda necesitan ser encandilados por el sol en cada ocaso, necesitan ser deslumbrados por ti astro rey de tanto mirarte fijo, ellos se quedan quietos esperando enamorados que algo diferente pase, quizás lo que esperan es que se detenga el tiempo para así nunca más volver.  Mis manos necesitan sentir el corte que impone el sedal cuando la presión de un pez en su santa lucha, pide a tirones su libertad, entre otras cosas definitivamente también necesito el salitre en mi rostro, en mi sangre, en mi alma.  A través de estas líneas lo grito, te necesito a un más que antes solo tú eres mi sosiego, mi comodidad, mi refugio, mi verdadero amor.  Así como ese gran pez, mi alma también pide a tirones su libertad, soy del agua y cuando pienso en ella se hace presente en mis ojos tan salada como tu mi gran amor.  Es insoportable, tu ausencia solo crea desconsuelo, fracturas, amarguras, a quién quiero engañar no soy feliz distanciado de ti

Misiva al amor

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Misiva al amor    Es difícil en ocasiones, entender lo que nos une a un sitio, a un recuerdo, a una pasión, pero se hace tan claro entender lo que nos ata a un adiós.  El mar y sus misterios fue la puerta a una experiencia que no sale de mi alma y yo en lo particular, no quiero que salga. Ahora veo que es tan cierto, como duele madurar las emociones. Quizás llegó tarde a mi vida este sentimiento antes desconocido para mí que como ningún otro ha hecho un antes y un después en mi vida.  Cuando te vi por primera vez de inmediato noté algo extraño en ti, algo que no lograba descifrar te observaba y observaba el Mar, también observé la playa y no, no encontraba la manera de diferenciar entre ellos y tu belleza fijada en cada palmo de tu piel en ese destello brillante en tus ojos que encierra la vida, la muerte, mi alma o lo que queda de ella.   Esperé paciente hasta el ocaso y definitivamente me llené de más angustia por qué no podía decidir que era más hermoso, enigmático, fascinante y mág

Las primeras experiencias

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 Las primeras experiencias   (Así se hizo "Un adiós en el malecón") Once y media de la noche; tal y como la recuerdo en lo particular bastante sobrecogedora noche, pero de una muy especial y fría aura, les ruego no me malinterpreten, no me refiero a ese frío típico de la soledad, del desamor, sino al frío característico de momentos ligados al abrazo, a la cercanía, al buen té, me refiero a esos momentos fríos, pero que se llenan de calidez bajo la compañía del embriagante vino.  Una noche así, mágica, reveladora y no otra, fue la noche y las horas en la que pudo llegar una adolescente a su casa, después de haber festejado toda la velada bailando como una muñeca de cuerda de forma desenfrenada.  Sus Padres despiertos y expectantes aguardaban en la sala, molestos e indignados por el atrevimiento de su hija, la cuestionan al respecto a lo que ella contesta:  "Yo estaba ya de regreso a casa cuando una patrulla de policía nos detiene a mis amigos y a mí, nos piden identificac

La naturaleza es la mejor maestra

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La naturaleza es la mejor maestra     Quizás fue grosero para muchos e innecesaria su respuesta, aunque no para mí lo confieso, aquel valiente artista, fue franco y temerario. “Pinta algo para mí”  Le escuché decir a la hermosa dama y el pintor la miró, la detalló, luego la volvió a mirar y con gesto de asco en su cara le dijo: “Jamás pintaré para nadie más que para mí mismo”  Es complicado, pero en la vida estamos perdiendo y pasa hacer lo más común, algo más que el tiempo y el dinero, es algo que va más allá, tanto así que se desdibuja lo que realmente es único y primordial. Por desgracia nuestro comportamiento ya no pasa por lo primario ni por lo individual o lo privado, tiende a confundirse con lo que se hace por tendencia, por moda, en definitiva por la ausencia absoluta de carácter.  En esta sociedad tan dividida, crispada, llena de personas que pretenden liderar algo que no comprenden ni conocen, es tan común ignorar, desconocer ese algo que en su sabiduría Spinoza hizo Dios sin