El amor y el ego

 



 El amor y el ego.


 Todo, absolutamente todo está allí al alcance de nuestra vista, podemos sentirlo con nuestras manos en cada detalle, en cada instante, por favor así sea por instinto deja sentir en ti el sol, la tierra y el mar.

 La totalidad del universo esta a nuestro alcance o si lo prefieres, todo lo que necesitas está dentro de tu propio corazón.

 Lo único que necesitas es aprender a observar.

 Al observar surge la claridad, la luz, por ende esta última domina, somete, como el viento a la vela, como tus labios a los míos.

 Esto en mí se nota de inmediato, se deja sentir como el suave aroma del jazmín, se desplaza a través de verdes campos de grama y cabalga por mis venas de aquella forma tan mía, de color azul índigo, mezclándose de muchas formas con aquel torrente rojo escarlata de mi sangre.

 Es cuando por acto reflejo me vuelvo más delicado, más concentrado, más enfocado, me vuelvo totalmente tu amante.

¿Quién gobierna tu vida?

¿Tú o tus deseos?

 Es algo cierto en su totalidad, la luz disipa a la oscuridad, a la envidia, a la mentira y al desamor.

 Desapégate de los malos resultados así el odio te será indiferente.

 Estamos tan acostumbrados a odiar, a maltratarnos, a juzgar, eso solo refleja nuestra insatisfacción, una insatisfacción que nace de aquella firma, de esa que engendraste en aquel contrato impuesto por una de las trampas más comunes de la mente, ese contrato leonino, lesivo, que no es más que el que se pacta con el ego.

 Viéndola, observándola llego a la divina conclusión de que:

"No hay nada más inútil que una partida de nacimiento para una mujer".

 La observo y observo aún más en detalle su rostro, hago un aterrizaje elegante de mi vista por todo su cuerpo y no logro adivinar su edad, quizás por aquella razón noble esa que reza que la edad solo la impone el alma y su alma se sentía tan joven, tan llena de vida.

 Su sonrisa destellando, como en una lluvia de gemas se posaban en cada uno de sus dientes rubíes, brillantes, esmeraldas, sus cabellos hechos cascada, rompían en sus hombros perfectos apasionados.

 Ella parada allí sin tener ninguna culpa, porque es así, ella era inocente de lo que su presencia causaba en mí, yo como un acorazado intentaba de alguna forma conocida llegar hasta ella, estaba debatiéndome entre recitarle un poema o sorprenderla con una semilla de flor de loto, me sentía inmóvil de piedra.

 Aunque quería hablarle de su futuro,  del que tendría si se decidía hablarme y compartir conmigo un café, no salían las palabras de mi boca, retomaba el loco discurso de la inseguridad, ese del pensamiento fatalista.

 Pensé por momentos en hablarle de mi pasado, esgrimir mi pecho lleno de mar, mis ojos llenos de olas y tempestades, ofrecerle mis brazos tatuados de mundo juntos a mis manos para guiarla por aquel océano de pasión que agitaba mis deseos.

 Pero me detuve y entendí que iba a fracasar porque mis intenciones no venían del alma no, venían del ego, pues el alma, el espíritu no te habla de futuro ni de pasado, no te habla de lo que no existe de esto solo te habla el ego de eso te habla la mente.

 El ahora, el presente es lo único que existe, lo real está en ti y lo sientes en cada inhalación y exhalación.

 Retome mi curso verdadero, mi norte franco y con ambas propelas a toda máquina fui a su encuentro, me acerqué tan suave y delicadamente pues navegaba sobre un mar de sinceridad nada ocultaba mis intensiones nada ocultaba lo que era yo en esencia.

 Y así sin temor una vez más triunfé.

 Por: Luis Gonzalo Guerrero

 Autor de: "Un adiós en el malecón"

Gerente de zona del Grupo Editorial Jurado Ecuador JuradoEditorialEcuador@gmail.com JuradoEditorialEcuador@gmail.com juradopublishing@yahoo.com



Comentarios

  1. Muy bello cuña felicidades y bendicionea

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  2. El ego siempre ha sido el causante de nuestros males ,nos ciega, nos hace vulnerables y otras veces atorrantes, arrogantes y vacíos..quien domina el ego será feliz pero a veces el ego nos atrapa y no cuenta nos damos ....si tan solo pudiéramos ser como los niños, no habría en nuestras vidas tantas enfermedades, tanto sufrimiento y sobre todo tanta soledad...por el ego hace eso te aleja de todo

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