Fragmentar el futuro es solo una salida.



Fragmentar el futuro es solo una salida.


 

 Ella se viste de la ausencia del pasado, camina firme sobre su presente y fragmenta todo su futuro, lo deja al azar, a la voluntad de las mareas, pues no cree en el destino.

 El caminar en el presente es como aquella caminata lunar realizada por Neil Alden Armstrong, es como cualquier caminata realizada por algún buen faquir de la India, al poner un pie delante de otro sobre las brazas ardientes, fragmentar el futuro es solo una salida.

“Hay tres tipos de hombre, los vivos, los muertos y los hombres de mar”.

 Es un hecho que el “Tábano” de Grecia no podía eludir.

 El sitio de este encuentro mágico no fue otro que mi tierra de origen, el Estado Vargas, en Venezuela, ese fue el punto en el cual dos almas abocadas a la tarea de amar cruzaron sus destinos de una manera definitiva y dieron paso a una extraordinaria y apasionante historia de amor.

 El “Placer de la Guaira” alberga en sus alrededores una de las mayores concentraciones de especies de pico del planeta (Aguja Blanca, Aguja Azul y Pez Vela). El Placer es mundialmente reconocido como el lugar donde se han logrado la mayor cantidad de Grand Slams (3 especies de pico en un solo día).

 Entre los muchos osados que se atreven a realizar la travesía hasta este paraje maravilloso en aguas del Caribe, está Antoine Joubert, pescador de altura, aventurero, y buscador incansable del amor.

 En su empeño por obtener el mayor pez de la temporada no sigue ninguna norma, no se rige por las coordenadas habituales y se aventura un poco más allá, justo a unas treinta millas náuticas del archipiélago de los Roques.

 La faena de pesca transcurría sin novedad aparente, Antoine sentado en la proa de su buque con su caña de pesca direccionada al horizonte y su sedal sumergido en el mar más azul que cualquier ser viviente ha podido ver.

 Lo que él no tenía ni idea es que a unos veinte metros de profundidad estaba en total reposo un ser maravilloso, un ser mitológico, lleno de sabiduría, magia y un corazón lleno de amor por dar.

 Como cosa del destino, la corriente profunda lleva su carnada hasta este ser y sutilmente acaricia su hermoso cabello, ella despierta y la toma con su mano de manera inocente, Antoine al sentir esa presión muy leve en su sedal tira con todas sus fuerzas obligando a este maravilloso ser a abandonar su reposo y emprender un asenso vertiginoso hasta la superficie.

 La sorpresa no se hizo esperar al ver una hermosa mujer enredada en su línea de pesca, de una vez vino a su mente todas esas historias de viejos marinos y suspiró diciendo, he encontrado a mi sirena, he encontrado el amor.

 Ambos, reconociéndose uno al otro, encontraron un nido donde disipar sus diferencias, un palacio de vidrio, de mil colores en el fondo del mar Caribe, donde el pasado y el futuro no tenían cabida y el presente reinaba como la espuma sobre la ola.

 Así fue por un tiempo prolongado, pero el océano resguarda sus tesoros y el sitio de Antoine no era precisamente el fondo del mar y en un temporal muy severo el palacio quedó reducido en mil pedazos, perdiéndose ella y él sin remedio en cada canto y en cada historia de amor.

 Solo al caminar por las orillas de cualquier mar, en cualquier playa encontrarás pedazos de aquel amor en cada vidrio redondeado y colorido, así y solo así podemos entender lo que ella con tanta pasión decía:


 “Fragmentar el futuro es solo una salida”.


Por: Luis Gonzalo Guerrero.


Jurado Grupo Editorial.


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