Capturas de luz





  Capturas de luz. 


 Alguna vez viendo su imagen dibujada en el tiempo, viendo en lo profundo de su carena, pensé:

Ella ¡Fue fugaz!

 Por instantes, así lo afirmó la parte racional de mi intelecto, mientras que su contra parte, la pasional, de inmediato se defendió expresando:

¡Existen estrellas fugaces, pero te aseguro que no existen pasiones fugaces!

 Y es cierto, por qué no importa el tiempo que dure, una pasión cuando nace no muere jamás, como toda energía se transforma, no perece y va tomando diversas formas, tintes o matices y de una manera muy hermosa avanza a través de nuestras vidas, apareciendo una y otra vez.

Por ejemplo:

 Están las pasiones primeras, esas que se dan en el jardín de infancia, están también las que te atan a un sedal de pesca o al verde de la montaña, inclusive existen otras pasiones no más antiguas, pero por mucho, más lejanas, quizás estas aparecen en forma de un suspiro conmovedor, es decir, de esos que rompen el silencio para luego dejar aún más silencio y dejan algunas miradas indiscretas o tal vez una que otra mejilla sonrojada.

 Así es la pasión que siento por este buque, una mezcla de contra partes, una batalla apocalíptica entre el bien y el mal.

 Esta pasión que lo abarca todo, hace de mi vida una suerte de novela escrita por Robert Louis Stevenson, pues cada momento de mis días se convierte en un capítulo emocionante, en un debate interminable entre el doctor Jekyll y el señor Hyde.

 Las pasiones son campos minados y a su vez son oasis en el desierto, esta dualidad hace de cada una de nuestras distintas pasiones extremos donde refugiar esa alegría de vivir, lo atractivo de lo desconocido y la inocencia de nuestra niñez.

¿Cómo una imagen genera tanto?

 Al ver esas fotos y mirar tu puente una y otra vez, al ver cada una de esas imágenes que son instantes congelados en el tiempo, perpetuando lo que eres y lo que fuiste siempre, pasión y más pasión, arrebato y más arrebato. 

 No puedo más que sentirme satisfecho aunque ansioso por el hecho inexorable de no poder detener el tiempo y así poder sellar nuestras vidas y cuerpos en esas capturas de luz.

 Así es mi pasión por este buque, así es mi pasión por casi todo en la vida y es lo que prevalece en nuestra historia, la pasión por la vida y el Mar, el encuentro de nuestras almas y el constante palpitar de dos corazones que en esta vida no saben sino pronunciar, el verbo Amar.


Por: Luis Gonzalo Guerrero.


 Este maravilloso y glorioso buque de guerra, fue el lugar de encuentro con mi Padre, su Comando soñado en la Mar, el lugar donde mis sueños de navegar sin límites se hicieron realidad.

 Que el Dios del Mar, te tenga a buen resguardo majestuosa, ARV General Urdaneta (F-23).




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Felicidad absoluta en tu día.

Las mareas y los vientos.

Hoy por tí celebro.