La melodia del presente



La melodía del presente.


 La brisa suave y desenfrenada, hace sentir su presencia, junto a ella y de su mano, vienen acompañándola un sinfín de sensaciones, aromas y sonrisas.

 Es curioso, pero la brisa de abril por lo general siempre arropa todo a su paso, en esta ocasión arropa mi cuerpo, acaricia el tuyo, besa tu alma y refresca la mía.

 El araguaney despliega sus brazos al cielo azul turquesa, en mi cabeza, las notas activas y juguetonas de la consciencia hacen tonante la vida que flota en torno a mí, danzando entrelazada con la sublime y constante brisa de abril.

 Uno a uno, los pétalos van cayendo de los majestuosos árboles, amarillos, tan amarillos, como nuestros sueños, la brisa caprichosa una vez más los mece sin remedio, sin norte, sin orden aparente.

 Se dejan escuchar con más intensidad los acordes, se dejan sentir más altas las notas, se hace real la melodía, la misma que nos hace bailar de dicha.

 Bendigo el día, el instante lleno de luz en el que dejé salir de mis pensamientos, los que me ataban al pasado, todas esas cadenas qué me unían a tiempos anteriores, días en que mis tribulaciones, hacían mella en mi calma, nublando la maravillosa visión de días como hoy, días donde la sabana se viste de aves y los pétalos amarillos esparcen pinceladas de color a nuestra pasión.

 Es un hecho ahora disfruto de momentos como este, de Días como este, por qué definitivamente es un día distinto, donde no me siento presionado por mi futuro.

 Quiero disfrutar esta melodía y bailarla con pasos de tango, tumbarnos en el campo y besarnos sin reparos, dejar bien atrás lo malo, los recuerdos inútiles, agarrarnos de las manos y como velas dejarnos llevar por las mil veces nombrada brisa, divina, seductora.

 La composición de este tema, que retumba en mis oídos, es una amalgama de múltiples sucesos qué se desarrollan al instante, no en el pasado, ni en el futuro.

 El estridente pasado se hace presente solo para reprochar, para atraparnos con nostalgia, es de impresionar como se nos crea un nudo vuelta de escota aferrado al esófago, cada vez que por nuestros pensamientos diarios se cruzan culpas, remordimientos y reproches.

 El enigma del futuro va de la mano con anhelos, deseos por satisfacer y estrés por lo no acontecido.

 Ni el pasado, ni el futuro, llenan mi alma, como lo hace tu cuerpo junto al mío, bailando y disfrutando como gorriones de java.

 De esta forma, sigo acariciando y sacudiendo los pétalos amarillos de tus hombros, degustando y soñando tus carnosos labios.

 Nada llena más mi espíritu que el Gancho y la caminata sincopada en nuestro rioplatense baile, sobre la hierba corta y peinada, amor nuestros pies acarician el suelo y los pétalos de la hermosa llanada.

 Es decir, nada me satisface más que sentir el calor de tu aliento, el contacto de tu piel de seda y la tesitura de tu voz cuando dejas salir de ti, la increíble melodía del presente.


Por: Luis Gonzalo Guerrero.


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