Cosas que aprendi

Cosas que aprendí.

5:00 AM. 

Mi madre con escrupulosidad militar dejaba escuchar su voz con tono suave pero firme:

 ¡Hijo! Levántate.

Llamado que llegaba a mi de forma clara sin distorsión alguna, a veces lo escuchaba tan claro como un pensamiento, pero yo sin mover los labios y sin articular ningún movimiento respondía telepáticamente: 

“5 minutos mas por favor”

Lo hacia de esta forma por que era un hecho que debía levantarme, ya que era uno de esos pocos casos en que mi madre era inexorable, esos 5 minutos mas que yo automáticamente pedía de forma ritual no eran mas que un reflejo de la condición de absoluta comodidad y seguridad que sentía en casa al lado de ella. 

Mi padre oficial de la Armada o Marino de guerra como el le gustaba decir, a esa hora estaba completamente listo, bañado, afeitado, peinado de forma prolija con un producto que le dejaba una luz brillante en el cabello, del cual no recuerdo el nombre, este le daba un aire de actor de cine, su uniforme blanco inmaculado con las insignias en su sitio correcto y solo las suficientes condecoraciones y méritos a la vista como para no ser poco cortés con los comunes, se asomaba ante la puerta de mi cuarto entre abierta y exclamaba de forma segura y certera: 

“Dios te bendiga”  

Únicamente eso, daba media vuelta y se dirigía al garaje, en ese momento ya comprendía que debía pararme y como acto reflejo brincaba a la ventana y lo veía abordar su “caprice clásico” modelo 82 blanco, de forma ágil pasaba por mi ventana, viendo hacia ella con sus lentes “lozza” al mejor estilo europeo, tendencia que denotaba su paso por el viejo continente del cual su mente y sus vivencias hacían que prefiriera observar el mundo a través de esa marca en particular de gafas, cosa que entiendo. Daba vuelta en la esquina para dirigirse a su mas grande amor, la flota, sus buques. 

De nuevo se deja escuchar la voz de mi madre: 

“Hijo ya viene el transporte apúrate carajo”....

Quería hacer notar que en este momento de mi insipiente infancia vivíamos en viviendas de guarnición (viviendas asignadas al personal militar destacado en el área). 

Un lugar muy especial llamado “Santa Lucia” cuando utilizo la palabra “Especial” lo hago con todo el poder y el peso que ella nos puede brindar al entendimiento, unas viviendas de buen tamaño ubicadas dentro del complejo DIANCA Diques y Astilleros , es un conjunto de casas insertadas en las hermosas montañas de Puerto Cabello, Estado Carabobo, dispersas en un área bastante grande y lleno de una vegetación viva, lleno de todos los colores y fauna que el Arquitecto perfecto puede ofrecer, brindaba en todo momento una sensación de seguridad absoluta, todos éramos conocidos mas aún familia, pero dejo esta vaga descripción para otra ocasión ya que amerita no unas pocas líneas. 

Luego de estar completamente alistado para mi faena diaria me disponía a esperar el transporte que llegaba de manera puntual, sin demoras, con su conductor de siempre el sin igual “Salvador”. 

Personaje muy querido por todos y de una paciencia única descrita y ampliamente analizada por todos los adultos de la época como algo fuera de este planeta, nadie en su sano juicio podía mantener la cordura con 48 o mas niños bien alimentados, llenos de la mas pura energía y manejar sin contratiempos. Dentro del bus escolar el manto de protección de nuestros Padres ya no era el mismo, se entraba en el control de otras personas y el peso de nuestras propias acciones había que asumirlas con total responsabilidad.

La aventura a comenzado bajo el comando del Policía Naval escolta del transporte.

 Al cabo de unos buenos minutos rodando por la hermosa y nunca bien ponderada ciudad de Puerto Cabello, que es una emblemática población que esta llena de historia patria y contemporánea de inimaginable alcance, que detallarla seria un placer pero es otro el tema al que quiero llegar. 

Después de pasar por varias paradas llegamos a mi Escuela y ese si es el punto al cual quería llegar, mi amada Escuela vista así por muchos. La U.E Colegio Sagrado Corazón de Jesús de la misión de las hermanas de San José de Tarbes frente al malecón. La congregación de las hermanas San José de Tarbes, se fundó en 1843 en Francia y llegó a Venezuela el 13 de junio de 1889. 

En 1818 la hermana María Lorenza, gracias a su vocación docente, funda el Patronato San José de Tarbes. Viendo con la distancia que dan los años, luego de recorrer varios países y en la actualidad viviendo en un país extranjero, del cual agradezco las cosas buenas vividas y también las malas por tenerlas en mi como experiencias como se dice:

“Nadie me quita lo bailado “ 

Pero al punto, estas hermosas damas me refiero a las hermanas del San José de Tarbes, dejaron una huella profunda en mi la mayoría eran francesas hablaban un perfecto español, pero con ese glamour que da el toque galo que acaricia el oído cuando se ejerce ese esfuerzo gutural, Siendo mujeres de un temple espiritual fuera de duda, nos dieron a conocer un hecho que me ha servido en mi vida mas que muchas otras cosas, está cosa fue, dejar fuera de todo contexto, de todo orden la Xenofobia flagelo de la humanidad de siempre. 

En nuestros tiempos, me ha tocado vivirlo en carne propia es de las manifestaciones culturales mas abominables, en el caso en particular de cada persona es la muestra mas grande de ignorancia, esa llamada mentalidad de tribu que se ejerce en el momento que todo pueblo o sociedad se siente amenazada, esta se cierra se comporta de forma desnaturalizada con sus forasteros o extranjeros. 

En nuestros países Sur Americanos era muy poco común sentir ese tipo de fobia, por lo menos de forma tan marcada, el éxodo de mis coterráneos Venezolanos por motivos que van mucho mas allá de su propia voluntad, si no que es obra de una destrucción sistemática de nuestro País por la mal llamada revolución bolivariana, que no es mas que un Narco Gobierno de gente mediocre y llena de resentimientos, ha creado un profundo malestar en la región de manera social y económica, ya que estos países anfitriones no están preparados para esta oleada de emigrantes, pero lo mas lamentable es el avivamiento de la xenofobia que conlleva todo tipo de roces y matices desagradables en la relación entre pueblos hermanos, cosa que jamás debería pasar jamás. 

Cuando el ser humano o individuo es educado, consiente de su entorno y su crianza se basa en buenos valores, no da cabida a este fenómeno que ensucia el gentilicio de cualquier pueblo, yo en lo particular desde casa y con la orientación de las hermanas de la Congregación de San José de Tarbes que en su ejemplo de vocación, de prestar servicio y educar en todo el mundo sin distingo alguno, aprendí que la xenofobia no es una parte en esencia de la condición humana, que la xenofobia es solo un reflejo de lo mas horrible que puede engendrar el ser humano, que solo el cultivar la mente abrir nuestros corazones a la empatía y calzar así sea por unos metros los zapatos de los demás, solo así se pondrá fin a tanta injusticia. 

Que hermosos tesoros albergo conmigo de todos esos años, cuantas lecciones e ilusiones vividas. Esas entre otras muchas enseñanzas, fueron las cosas que aprendí.

Por : Luis Gonzalo Guerrero A.