Pensamiento Guerrero

Bois de Boulogne.    Aunque, en esta fría noche en la cual se alza mi mano y esgrimo mi pluma, este hermoso bosque de Boulogne sé encuentra a tres grados centígrados, con un uno porciento de precipitación, una humedad del setenta y siete porciento y una velocidad de viento de siete nudos, para el verano de 1416 el clima y la situación en general era otra por estas tierras.  Este hermoso lugar que ahora luce ideal e idílico, para el verano del mencionado año estaba completamente lleno de forajidos y maleantes.  En esa época se desarrollaba entre Francia e Inglaterra la tristemente célebre guerra de los 100 años, conflicto del cual podemos decir mucho, pero en esta oportunidad solo diremos que duró 116 años, 4 meses y 25 días para ser exactos.  Esta guerra como todas en definitiva, trajo pobreza, tragedias, trajo todo lo malo que las grandes guerras pueden engendrar.    Ese verano en particular era de un clima benevolente unos 19 grados centígrados, un sol radiante y una humedad muy baja

  Luna llena sobre la mar.  Bella, serena y sin estrellas a su alrededor, así hermosa como si flotara sobre las aguas. Por instantes siento en mi boca un espeso sabor a sal, quizás por azar me percato de ese aroma a lluvia que envuelve todo que desata mi pasión que me hace pensar.  Pienso en la libertad que siento y lo que significa, me hacen pensar una vez más en Nietzsche en su originalidad como pensador, en lo afín que soy con su propuesta y lo especial de este momento que nos acerca.  El avance de las ciencias a lo largo del siglo 17 y 18 llegó a su punto más importante con el descubrimiento por parte de Isaac Newton de la ley de la gravitación universal, acto este que enmarcó un hecho sin precedentes en la historia de la humanidad.  Esta fórmula matemática sella el sentido Mecanicista y Determinista del mundo para entonces.  El hombre pasó a ser parte de un engranaje, de un sistema perfecto en el cual no tenía cabida la libertad como tal, sino que todo se deriva de la ley de causa

  Fascinación por las letras y las palabras.  El individuo no es un plano en sí mismo, sino más bien una especie de poliedro con múltiples planos, con múltiples vidas.  Lo que realmente nos despierta el interés va mucho más allá, va de la mano con diversas perspectivas y muchas de éstas son los logros y los éxitos. Por ejemplo:  En mi niñez no quería ser nada en particular ni bombero, ni astronauta, por momentos me sentí diferente, pero comprendí con el tiempo para mi fortuna lo que no quería ser, no quería ser un adulto convencional, no quería perder la capacidad de sorprender y sorprenderme, de crear, de vivir la fantasía de manera vívida, de una forma absoluta.  Desarrollo la vida a través de símbolos, de caracteres, es parte de mi pudor como persona, es mi total pasión, los convierto en mi arte o pretendo hacerlo, es una tarea hermosa muy íntima todo lo que está en mi memoria lo codifico, lo expreso en letras es mi vocación continua, fascinante.  En mí caso constantemente recibo de

Soledad maravillosa.  La soledad tiene muchas presentaciones en ocasiones se torna triste como el canto de aquella ave que abandona su nido por primera vez, aunque eso sea necesario.  Está la soledad en compañía la que se siente al lado de alguien aunque esto suene un total contrasentido, también y porque no, está la soledad intelectual que para mí es la más triste de todas.  En esta ocasión, quisiera dejar caer ante ustedes de manera muy íntima, lo que para mí fue un momento de soledad maravillosa.  La cubierta de mi bote fue testigo silente ella y mi espalda recostada sobre ella.  Quizás también mis manos fueron testigos, maltratadas, rudas, pero entrelazadas como amantes que servían de almohada a mi cabeza cansada de la faena diaria, al igual que el resto de mi cuerpo.  Mis ojos cerrados y mis oídos abiertos por completo a los sonidos del mar de mi amado mar, sonidos que dejaban volar mis pensamientos con la misma gracia en vuelo de aquella ave que cantaba triste lejos de su nido.  

Übermensch  Solo el mar puede con tanto, solo el mar puede con tamaña corriente.  El pretender entender sin medir las consecuencias, es como pretender no tener castigo al ser un incendiario.  El mar y su profundidad es el único lo suficientemente grande para recibir y recibir sin ensuciarse.  El hombre no está capacitado para tal acto.  Debemos medir lo que recibimos y como lo procesamos no podemos culpar a nadie por no entender, por no saber procesar conceptos que han llevado años en desarrollarse y que han tenido tantas trabas y filtros a lo largo de la historia.  El hombre contemporáneo como tal debe verse como un puente más no como un fin en sí mismo, debe sentirse parte de un engranaje sentirse que esta ante las puertas de un gran cambio, un cambio que nos va a llevar a otras estancias a otro nivel, sin duda a otros amaneceres.  Pensadores y filósofos entre ellos Nietzsche no posaron sus ojos ni sus tribulaciones en sus contemporáneos no, fijaron su intención en un hombre mejor pa