Fascinación por las letras y las palabras.
Fascinación por las letras y las palabras.
El individuo no es un plano en sí mismo, sino más bien una especie de poliedro con múltiples planos, con múltiples vidas.
Lo que realmente nos despierta el interés va mucho más allá, va de la mano con diversas perspectivas y muchas de éstas son los logros y los éxitos.
Por ejemplo:
En mi niñez no quería ser nada en particular ni bombero, ni astronauta, por momentos me sentí diferente, pero comprendí con el tiempo para mi fortuna lo que no quería ser, no quería ser un adulto convencional, no quería perder la capacidad de sorprender y sorprenderme, de crear, de vivir la fantasía de manera vívida, de una forma absoluta.
Desarrollo la vida a través de símbolos, de caracteres, es parte de mi pudor como persona, es mi total pasión, los convierto en mi arte o pretendo hacerlo, es una tarea hermosa muy íntima todo lo que está en mi memoria lo codifico, lo expreso en letras es mi vocación continua, fascinante.
En mí caso constantemente recibo del mundo exterior todo tipo de estímulos buenos o malos en fin, quien soy yo para juzgar todo es bien recibido y aceptado tal y como es.
Convertir los sentimientos en materia, tanto los sentimientos como la sensibilidad, es algo primario que viene dado a su propio ritmo jamás viene a medias, por ende no me adapto a una sola realidad, a un solo libro, a un estilo, a una ciudad a ningún País.
Siempre mi búsqueda es constante, sempiterna.
Otra característica de mí como escritor y como persona, es buscar el lado opuesto el menos cómodo, pues lo cómodo disminuye la marcha, envejece, adapta, opaca a un creador a un escritor, no se debe ser conforme y menos consigo mismo.
La fascinación va más allá del interés, es más mucho más que aprender a ser feliz con lo que se tiene mientras se espera lo que viene, es vivir entre letras entre palabras, es una experiencia divina.
Las palabras son a la mente lo que los colores son a la paleta de un pintor, mientras más colores tenga más exquisita será su obra, más profundo será su arte.
Las palabras nos permiten trasladar las ideas de nuestra mente a la mente de otra persona o de muchas personas, las palabras transforman, cambian la historia por ello no se puede más que dominar la autoexpresión ceder ante la disciplina, ser uno con lo que se piensa, con lo que se dice o se escribe.
Mi vida se transformó por alguien que vio en mí mucho más de lo que yo podía ver, por eso estaré eternamente agradecido, es mi intención total devolver esa bendición a todos mostrar otra forma de ver las cosas, de leer y vivir el mundo.
Ambicioso, ¿No les parece?
Pues si lo es, tan ambicioso como las palabras de aquella Madre que en su lecho de muerte le manifestó a su hijo:
“Sé alguien ave”.
Y luego con el tiempo ese hijo se convertiría en el decimosexto Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
El poder de la palabra, lo profundo de la palabra escrita no tiene límites.
No persigo el éxito no lo hago, porque asi se torna esquivo, simplemente lo atraigo, lo seduzco, para mí el éxito es el estudio de lo evidente, de lo sublime, de lo cotidiano, del presente.
Aprendí que soy feliz al escribir, siendo escritor que para mí la felicidad está en la sustancia que la felicidad no está diseñada para el futuro, ni para el pasado que hoy es la única oportunidad de ser feliz y que a través del ahora se determina todo.
Nota: Abraham Lincoln. (Hodgenville, Estados Unidos, 1809 - Washington, 1865) Abogado y político estadounidense fue el decimosexto presidente de los Estados Unidos (1861-1865).
Por: Luis Gonzalo Guerrero
Autor de: “Un adiós en el malecón”
Miami Book Fair 2021.
Miami Dade college.
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