Yo simplemente reposo.


 

Yo simplemente reposo. 



 Hoy, una vez más, como ya es mi costumbre y porque puedo, les confieso una intimidad, algunos pensamientos, un hábito meditativo de vida y de disciplina personal que trato de hacer con la mayor frecuencia posible.


 Reposo, si lo hago, reposo mis huesos maltratados, pero llenos todos y cada uno de ellos de la más torrencial energía, reposo sentado y la vida, la verdadera vida que está dentro de mí, la inhalo con fuerza en forma de aire puro y sano que proviene del Sur, inhalo vida, pues estoy simplemente sentado frente al mar.


 Estoy hoy, una vez más en este punto de la geografía del planeta, me siento como me debería de sentir, ínfimo, ante la creación.


 El estar al Sur del Sur, es grandioso, pero a la vez estar sentado en la Puerta Norte de un fabuloso País, es un poco más grandioso, inclusive y si a esto le sumamos el estar sentado en un montículo de arena, de cara a más de 8.000 kilómetros de costas generosas que Indiscutiblemente se besan y entrelazan en el más beneficioso y dulce beso jamás visto con el valiente Mar Pacífico, es por mucho aún más grandioso todavía.


 Allí en reposo, sentado, con el salitre inundando cada poro de mi piel, en contacto directo con lo que me rodea, vienen muchas ideas a mí, pensamientos y preguntas con muchas respuestas.


Por ejemplo:


 Es conocido por todos que existen tres industrias que se apuntan como muy lucrativas en el planeta.


 El comercio de armamento y tecnología armamentista.


La industria farmacéutica.


El juego, el alcohol y el tabaco.


Y te pregunto.


¿Eres beneficiario o eres contribuyente?


¿A quién beneficia este tipo de vida? O ¿A quién contribuye este estilo de vida contemporáneo?


 Si entendiéramos la vida como lo que es, una parte de un gran sistema que lo cubre todo y olvidáramos la chistosa idea de que existen polos opuestos sin un vínculo definitivo entre ellos o que el negro y el blanco son opuestos, entonces, pudiéramos distinguir que son parte de lo mismo y que al oponerse uno al otro se hacen parte de un todo, ósea, uno existe para que exista el otro, es simple se complementan.


 Un ejemplo maravilloso de esto es el Yin y el Yang, que son dos conceptos del taoísmo Chino, que son utilizados para referirse a la dualidad que se atribuye a todo lo existente en el cosmos.


 La primera industria que destaco en mi pensamiento Indiscutiblemente nos lleva a la muerte, la segunda industria nos ofrece la ilusión de traer de vuelta la vida de la muerte y la tercera es cien por ciento muerte.


 El dejar de pensar que todo está relacionado es lo mismo que hacemos cuando nos expresamos de una parte de nuestro cuerpo, decimos con total seguridad, mis manos, mis dedos, mis piernas, con un sentido de posesión, más no con un sentido de integridad, ósea, no hablamos de nuestro cuerpo como parte de un todo sino como una propiedad del yo interno, es decir, del ego.


 Esta forma de pensar nos hace muy individualistas y mezquinos.


 Si somos así con nosotros mismos que podemos esperar para lo que consideramos foráneo o que no es parte de nosotros. 


 Es allí el error, debemos considerarnos parte de un todo, de las montañas, del viento, del río, del mar y darnos ese espacio de reposo, inhalar y al hacerlo, entrar en conciencia que nuestros actos todos acarrean consecuencias y lo que hoy le estamos haciendo al planeta y a nuestra sociedad, nos lo estamos haciendo desesperadamente a nosotros mismos.


Por Luis Gonzalo Guerrero.


Jurado Grupo Editorial.


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