Sudor y Miel.



Sudor y Miel.


 Y sin pensarlo, una vez más me mostró el color de sus abrazos y el sonido de sus profundas caricias.


 De una forma muy cálida y sonora me decía:

Escucha y tómame, sí, solamente así, escucha y ámame.


 Los sonidos dulces del roce de sus dedos sobre su piel dan otro matiz a la palabra sublime, le dan otro sentido a la inagotable pasión.


 Mis labios posados en el aire no hacían más que temblar y ansiar, porque indudablemente no existe una posición más incómoda que aquella que te coloca totalmente vulnerable ante otro ser.


 Toma de mí lo que quieras me dice mientras observo su cuerpo desnudo, alerta y dispuesto.


 Para esta ocasión, la luna reflejada en el mar en instantes se torna plata y el sudor de su cuerpo se hace miel, se hace la más pura y deliciosa miel.


 Entonces, entre llantos de aves nocturnas en vuelo, prendo mis anhelos en ella, que es néctar, vida y luz.


“El amor es fecundísimo en miel y hiel”.


Así lo escribió Plauto.


 Cuanta verdad en cada palabra, así me siento en cada palmo de piel, fecundo, glorioso y fértil.


 Tu miel, tu cuerpo, el océano, las mareas y entre ellos yo, siendo prácticamente nada, tan diminuto en fin, aún más vulnerable que nunca jamás.


 No hay una ola que no me lleve a ti, tan dentro de ti, bendigo las mareas, también bendigo el viento del Este que te ató a mí, con poderosas cadenas de algas, plancton y sal.


 Es decir, definitivamente como el Plancton, soy errante o lo que va errante.


 Así es nuestra perfecta comunión.


 Largo lastre tras lastre a mi paso, me desvisto de todo lo que me culpa y me condena.


 Es cuando perdido una vez más, no me explico que conspiró en contra de mi vida, si el dorado de tus mieles o la absoluta convicción de que la vida es finita y que todo lo vivido es lo que se queda con nosotros, como estos granos de arena entre mis manos que no son más que tiempo, salitre y maná.


 Estamos y somos tan próximos, no existe ningún tipo de distancia.


 Abarloados y mecidos por el vaivén de las olas, enamorados una y otra vez sin descanso, en la orilla entrelazados hechos uno, nos tocamos mientras contemplamos un pequeño cardumen de Sargos coloridos que dejan ante tu majestad, ante nuestros pies, una corona de Avicennias hermosas y blancas.


 Ya vendrán otros momentos, se hará presente la hiel, el desamor y la traición.


 Quizás, el frío vendrá por ocasiones del Norte, en recorridos por tierra, por carreteros llenos de polvo, tan desiertos. No quiero ni pensar en esa hora, es más, no me importa esa hora, pues si se tiene miedo a la vida es preferible no nacer y mucho menos amar.


 Aunque amar y ser amado eclipsa todo, es parte de un todo, tanta es mi pasión, tanta es la entrega entre tú y yo, que ese todo se hace dulce y salado, fuego y agua, sudor y miel.


Por: Luis Gonzalo Guerrero.


Jurado Grupo Editorial.

Comentarios

  1. Muy bello escrito mi amor exelente una vez más me sorprendes con tanto te amo éxitos y bendiciones para ti

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    1. Me sorprendes con tus términos marinos. Como abarlodados. Que manera de e ir juntos. Pegados. Moviéndonos al mismo ritmo. Cuando una pareja logra ese ritmo en su vida serán mar I arena sol y espuma brisa y sal en tu rostro después de una tarde de amor en lan playa

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