Amistad a prueba del tiempo y la mortal distancia.
Amistad a prueba del tiempo y la mortal distancia.
La amistad es un mar y un buque de Guerra, el mar fluye y el buque navega a través de él.
Un buque definitivamente, es una isla en el mar, aunque, el mar fluye y en esa isla llamada buque, todo se hace hermandad, también florece el respeto y con él, la amatista fraterna.
Entonces piensa desafiante el mar:
Siempre habrá mar, no amistad, después de mi solo amistad, es decir, antes y después, lo que habrá es mar, que ola a ola hace amistad.
El mar fluye y el buque forma más vínculos fraternales, la amistad disipa el tiempo y así nos libera.
Es un mar que, al fluir, inventa sus acontecimientos y hace de las circunstancias, de las vivencias, un lazo indestructible, un castillo en la arena, donde la arena borra las tempestades, inclusive las marejadas y con ello, el mar borra nuestras huellas.
Ahora en tierra buscamos desde la arena el mar.
¿Dónde te has ido?
Como diría el poeta con apellido de sueño:
“Vivimos entre olvido y memoria”
Este instante plasmado en esta captura de luz, es un buque de Guerra que combate al tiempo, a la tromba, al fuego inclemente de 127 Milímetros. Por qué, existen amistades que el tiempo sella, que la mano del Divino Timonel bendice, con buen tiempo y puerto seguro.
Hoy celebro esta amistad, entre dos hombres de mar, entre dos caballeros de blanco, una amistad labrada en acero, matizada con salitre, a prueba del tiempo y la mortal distancia.
Por: Luis Gonzalo Guerrero Arenas.
En la foto:
Contraalmirante, Raúl Bustamante Pulido y el Capitán de Navío, Luis Gonzalo Guerrero Ramírez.
¡Amigos a prueba del tiempo y la mortal distancia!
En esa oportunidad Capitanes de Corbeta recién ascendidos, celebrando al recibir el Comando de sendos Patrulleros, el P-11 mi padre y el P-14 el entonces Capitán Bustamante, era el año 1977, Puerto Cabello.
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