El camino de Schmidt

 





El camino de Schmidt.


 Hoy en esta fecha tan especial donde celebramos el último día del calendario Gregoriano, vienen a mi mente muchas cosas entre ellas recuerdos de momentos vividos junto a mis seres amados que ya no se encuentran en este plano terrenal, esos momentos cargados de abrazos y de anhelos compartidos y de esperanzas, las mayoría disueltas en el tiempo en el transcurrir de los años.

 Me pudiera sentir triste, pero ya hace mucho tiempo que decidí no sentirme así por lo menos no al escribir, creo que de allí proviene mi gran gozo al empuñar mi pluma.

 Todo viene por el hecho de aceptar, la vida no es jamás como la deseamos en su totalidad y lo que entendemos por justicia o lo justo son conceptos que manejamos a nuestra discreción y conveniencia.

 La vida es tal y como es y el aprender a vivirla solo depende de nuestra capacidad de adaptarnos y aceptarla y aceptarnos.

 En las tragedias griegas lo podemos ver con claridad el hombre como ser único enfrentándose a todo tipo de adversidad y levantándose sin remedio ante ellas.

 Hoy como es mi costumbre quiero llevar hasta ustedes un enfoque diferente de esta fecha una historia con un mensaje de compromiso y aceptación.

 1936, Madrid España, desde el 18 de junio de ese año en ese paraje empezaba la adversidad lo peor que puede sucederle a un pueblo, Dios por instantes se ausentó de esas tierras y dejó que la guerra, la confrontación total se encarnara entre hermanos, entre coterráneos.

 Durante todo ese año la situación no cambió sino que se incrementó de parte de los grupos rivales hasta su desenlace final 4 años después en el 1939, dejando tras de sí una historia de horror, de tristeza aunque con destellos de heroísmo, hermandad y el comienzo de un país diferente que dio paso a esa España la grande de nuestros días.

 Pero detengámonos en diciembre, en el 31 de diciembre de 1936, pasaron muchos eventos entre ellos:

 Zarpa de Nápoles el Sardegna, que transporta unos 1200 especialistas italianos.

 El Gobierno de Burgos acuerda con los Alemanes una ampliación del tratado comercial hasta el 31 de marzo.

 Muere, tras varios días de enfermedad, Miguel de Unamuno.

 Y hasta esa fecha han cruzado a la Península algo más de 23.000 hombres del Ejército de África.

 Pero en las afueras de Madrid hay otro evento que sucede simultáneamente que nos ofrece una reflexión profunda.

 Alejados de los ruidos feroces de la guerra en un sendero llamado el camino de Schmidt rodeados de un frondoso bosque de pinos con una fauna rica y armoniosa, se encontraban tres niños hermosos llenos de la más dulce inocencia, pero cargados por defecto de lo que nos envuelve a todos los seres humanos una percepción un criterio adquirido de que debe ser lo justo y que no.

 Ellos tenían en su poder 10 avellanas entre juego y malestar querían dividírselas, pero físicamente se les hacía imposible según ellos por ser tres solamente.

 Cuando de pronto sale de una pronunciada curva del camino un señor de aspecto extraño por su vestimenta posiblemente de origen Marroquí, con paso ligero se dirige hacia los niños y ellos al no poder solucionar su problema entre ellos deciden consultar al hombre, pues era el único adulto disponible en la zona y le preguntan:

 Señor usted que con sus extrañas ropas además de ser un hombre a todas luces muy sabio podría decirnos ¿Como dividir estas 10 avellanas entre nosotros 3?

 Y el hombre les contestó como quieren que les dé respuesta, basándonos en las leyes matemáticas o con base en las leyes del universo o con base en la ley de la vida.

 Y los niños sorprendidos responden con base en la ley de la vida, pues de matemáticas no comprendían nada.

 El hombre sabio agarró y le dio a uno de los niños 8 avellanas al otro le dio 2 y al tercero no le dio ninguna.

 Pues si amigos lectores, la vida no es justa ni injusta, simplemente es como es y en este año por venir 2022, debemos pararnos ante ella como héroes en una tragedia griega, vivir con aceptación con coraje, pensar y sentir que sea cual sea la adversidad que nos toque vivir debemos levantarnos ante ella sin ninguna duda.


Por Luis Gonzalo Guerrero.


Autor de: "Un adiós en el malecón". 


Miami Book Fair 2021.


Gerente de zona del Grupo Editorial Jurado Ecuador JuradoEditorialEcuador@gmail.com JuradoEditorialEcuador@gmail.com juradopublishing@yahoo.com





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