Un lobo disfrazado de oveja.

 

Un lobo disfrazado de oveja.

"Hoy es un buen día, se dice nuestro amigo".

Y continúa...

"De una manera extraña y diferente hoy me siento de un ánimo festivo".

 Y como acto reflejo decide tratar de festejar, de relajarse.

 Como cualquier mortal de esta era posmoderna, su vida se divide entre la casa y el trabajo.

 No se nos hace muy difícil imaginar que unió su deseo con su rutina diaria y se dispuso a invitar a unos compañeros de trabajo a su casa a festejar un poco.

 Hasta allí todo va muy bien, pues el hombre obra de manera inocente y confiada, se puede decir de él que es un buen hombre y ve en los demás un reflejo de sí mismo.

 Y ese es el error, ya más a adelante me podrán entender.

 El ser humano tiende a desvirtuar todo es algo instaurado en nuestro software que nos hace pasar por pendejos, con mucha facilidad.

 El día sigue su curso nuestro amigo va pensando a quien invito a mi casa y se presenta ante él muchas alternativas, ve a Juanito y se dice:

¿Le digo o no?

 Pero se dice:

 No ese Juanito es muy aburrido le gusta es puro hablar de sus hijos y su mujer, seguro se la va a querer lleva a la casa y esa vieja no la soporto.

 Luego ve a Gutenberg y se dice:

 A este tampoco por qué no le mete mucho al miche y lo que yo quiero es caerme a palos hoy, es un día de esos que quiero partir la botella a la mitad.

 Así es queridos lectores las elecciones en la vida son algo muy importante lo sabemos, pero por alguna razón jamás buscamos amigos en una biblioteca, ni en Misa, ni en la ópera, siempre reaccionamos como buscando espejos, buscamos algo que nos refleje, sin darnos cuenta de que solo nos atrae nuestros peores rasgos que notamos en alguien más.

 Continúa la jornada laboral y aparece el señor Carnero.

 Ese si, se dice nuestro amigo:

"Este es como yo bien bebedor le gusta la misma música que a mí y su conversación es chévere, siempre me habla de carajitas y de sus parrandas grado 33, le digo también a Chacón y listo se armó la parranda".

 Acto seguido le comunica a sus panas lo de la rumba en su casa y claro aceptan gustosos.

 Debemos recordar que nuestra casa es un santuario, es nuestro templo, pero también debemos recordar que los habitantes de ese templo no siempre son monjes ni monjas y que podemos vivir con alguien felizmente por años hasta que la conocemos.

 La reunión se dio de una manera maravillosa, el whisky rodaba, la música a un volumen casi grosero y nuestro amigo presumía de sus hijos y de lo hermosa de su mujer, de lo bien que lo atendía en la casa y en la cama.

 La confianza da asco, es un viejo refrán que no deja de tener vigencia, pues jamás se debe poner nuestros tesoros en manos de nadie y más cuando nuestro tesoro tiene lindas piernas, un trasero bien torneado y en sus ojos brilla la llama de la seducción.

 El licor hizo su efecto y como es natural Chacón busco alzar el vuelo:

"Me despido a la llanera"

 Dice de manera jocosa.

 Y nuestro amigo más borracho que cuerdo, le dice quédate viejo.

"No mi pana yo me voy a mi casa"

 Cosa que el señor Carnero no desaprovechó.

Dijo:

 Yo si me quedo compadre y seguimos la parranda.

 A la hora de dormir nuestro amigo le dice a su mujer con voz de mando:

"Amor arréglale la cama a Carnero que va a dormir hoy en casa".

 Y como ya se lo imaginan la señora obedeció ciegamente, arregló la cama de Carnero de una forma maravillosa.

 Las consecuencias de ser un pendejo no se ven sino con el tiempo, el ser humano se llena la boca diciendo que es la especie superior y resulta que solo aprendemos por imitación como cualquier animal que pisa la faz de la tierra, el error de nuestro amigo es un error tan frecuente y todavía a estas alturas hay quien lo comete.

"No lleves ovejas a tu casa pues entre ellas puede haber un feroz lobo".

PD: Se pueden imaginar los días consecuentes en la oficina, si por alguna razón piensan que todo sería normal pues no, el Carnero dejó carneritos en la bodega, pero esa es otra historia.

 Por Luis Gonzalo Guerrero.

Autor de: "Un adiós en el malecón". 

Miami Book Fair 2021.

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