La luna es el espejo del tiempo.


 La luna es el espejo del tiempo.


“La luna es el espejo del tiempo”.

 Hermosa metáfora escrita por un poeta persa en la edad media que 300 años después es analizada ampliamente por el célebre escritor Jorge Luis Borges, regalándonos una explicación poética y estética magistral en una de sus conferencias en 1977.

 Ciertamente, es una metáfora hermosa llena y cargada de poesía que evoca momentos o sentimientos muy acordes con la existencia y da paso a pensar, a embriagarnos con nuestro reflejo, con lo finito de nuestro tiempo.

 Es que la luna es una parte tan silenciosa de la sustancia que se siente como aquel monje que mira con recelo a la tierra.

 Claro está, todo lo que empieza recordando a Borges termina recordando a Borges.

 Por ahora llevemos nuestros sentidos a la dulce y apasionante luna llena del 24 de noviembre de 1632, no es por casualidad que la luna en esta etapa tan clara haya visto nacer una mente tan brillante.

 Los indígenas norteamericanos también le llaman a esta luna llena de noviembre la luna del castor, pues es donde este noble animal tiene su mayor actividad en la construcción de represas.

 Y de nuevo esto me lleva a suponer que nada pasa por casualidad.

 Está hermosa luna llena de aquel excepcional año se posó en lo más alto del cielo de la ciudad de Ámsterdam, unos 4 grados Celsius adornaban cada una de las calles y rincones de la urbe.

 En el seno de una familia Judía acomodada de mercaderes que venían huyendo de España por la inquisición, nace para iluminar como luna llena, como espejo del tiempo y represar en nuestras mentes y corazones los más altos conceptos de la existencia humana, el filósofo Baruch Spinoza.

 Esas calles, la ciudad entera, el mundo completo sin saberlo sería testigo del nacimiento de una de las mentes más lúcidas jamás nacidas en la raza humana.

 Como filósofo su trabajo se centró en la total aceptación del racionalismo, oponiéndose al dualismo de mente y cuerpo. De una manera maravillosa identifica una única realidad o sustancia universal que todos de diferentes formas llamamos Dios.

 Esta realidad divina, exquisita, es muy diferente a la realidad individualista, personalista de un Dios creado a nuestra medida, pues nos hace uno solo con el universo, nos convierte en simples modos del creador de la Naturaleza.

 Nada es contingente ni libre, porque todo forma parte de dios que es la naturaleza y se manifiesta absolutamente en el deseo de vivir felizmente según el dictamen de la razón.

 Como suele suceder con este tipo de hombres adelantados a su tiempo fue atacado y para nada comprendido por sus contemporáneos, fue llamado "ateo" cuando es evidente en toda su obra que jamás negó la existencia de un Dios, de un Arquitecto Perfecto, de un Divino Timonel.

 En definitiva a no existe una doctrina filosófica más pura y racional que la de Spinoza y así lo expresa el filósofo Hegel que fue muy claro en sus palabras cuando nos dice:

"Todos los filósofos tenemos dos filosofías la propia y la de Spinoza".

 También de manera muy sublime lo expresa el físico alemán Albert Einstein cuando respondió a la gastada pregunta ¿Usted cree en Dios? Y nos dice:

“Creo en el Dios de Spinoza, quien se revela así mismo en la armonía de lo existente”.

 Y ya para finalizar como lo expresé en líneas anteriores termino con Borges, pues Spinoza nos entregó un regalo, un regalo de amor intelectual sin condiciones que algún día en el tiempo todos llegaremos a aceptar y comprender.

“El más pródigo amor le fue otorgado, el amor que no espera ser amado”.


Por Luis Gonzalo Guerrero.

Autor de: "Un adiós en el malecón". 


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Gerente de zona del Grupo Editorial Jurado Ecuador JuradoEditorialEcuador@gmail.com JuradoEditorialEcuador@gmail.com juradopublishing@yahoo.com





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