El Estudiante y la Asesora Comercial
El Estudiante y la Asesora Comercial
Nunca me deja de impresionar, nuestra naturaleza como seres humanos, es tan rica, tan diversa. Está en nosotros, en nuestra piel, el manifestarnos ante todo de una forma u otra. Siempre hay una acción seguida de una reacción; pero hay momentos o circunstancias que nos hacen actuar fuera de lo habitual, esos momentos ponen nuestra creatividad a dar el todo por el todo, esas circunstancias te hacen vivir un sueño, estando despierto, haciendo de coyunturas comunes, ocasiones increíbles. Estos obsequios de la vida yo los disfruto al máximo, sé que a todos en alguna oportunidad les ha pasado algo parecido y lo han disfrutado tanto como yo.
Él es estudiante, amante de los atardeceres los atesora y los relaciona con cada momento de fortuna en su vida. De ese tipo de persona es Luis. Ella adora la música, la lleva en las venas como una suerte de energía invisible, que se apodera de todo su cuerpo, fluye total a través de ella, cuando puede "Canta" y en todas las oportunidades "Baila" es la razón de su vida.
Ese día en particular, el ocaso en Boca Chica, parecía pintado por Dios a través de Claude Monet, se notaba cada pincelada, era increíble, totalmente mágico. El destino siempre en su empeño de divertirse a su antojo, los hace coincidir bajo el mismo cielo hecho óleo y en el mismo avión. El aeropuerto de las Américas, en República Dominicana, fue el punto de partida de esta maravillosa historia que puede ser real, anecdótica o producto de la imaginación de este incipiente escritor; eso está en ustedes descifrarlo. Se deja escuchar en la sala VIP Caribe, el anuncio de partida del vuelo. Luego de hacer todos los chequeos de rigor proceden a abordar el avión. Él entra primero un poco distraído, trasnochado, lo normal de un chico de esa edad; aunque el viaje lo anima, el motivo del mismo, era arreglar unos documentos personales en su tierra natal, visitar a su familia y a una novia que tenía por esas latitudes, con la cual jamás perdió contacto.
Ella dueña de la situación, acostumbrada a esas lides por su profesión de asesora comercial, viaja ligera, fresca, vestida de una forma hermosa con una chaqueta de cuero negro, muy abultada y una falda blanca de algodón a los tobillos, con una abertura a un costado que dejaba ver, su piel canela y sus muslos torneados. Luis busca su asiento asignado “11A” se dirige a él, abriéndose paso entre el personal de cabina y el equipaje, lo encuentra se acomoda, está contento observando las luces de la pista por la ventanilla. Pasado solo minutos, llega ella con su boleto en la mano y un pequeño maletín, lo mete en el compartimiento superior y se presenta:
《 Hola, soy Astrid, seré tu compañera de viaje, espero podamos conocernos bien en estas horas de travesía.》
Él contesta:
《 Excelente, me llaman Luis y será un placer ser tu compañero de viaje.》
El avión se eleva sin problemas, se estabiliza en vuelo y la luz que indica el uso de los cinturones de seguridad se apaga. Astrid desde el comienzo del decolaje no ha soltado el antebrazo de luis, nerviosa, esa fue su reacción ante la aceleración intensa del avión. A luis no le molesta el hecho; pero siente que las circunstancias ameritan creatividad y da inicio a la conversación:
《¿A qué te dedicas?》
Ella contesta sin pensarlo:
《 Soy actriz de televisión en mi país, por eso viajo al tuyo a cerrar un contrato. ¿y tú?》
《 Soy beisbolista AAA, voy a dictar unas clínicas deportivas a mi país y luego me regreso al tuyo.》
Y así empezaron a soñar despiertos ambos. Los aviones y los barcos dan ese tipo de licencia; se dejaron llevar y comenzaron a disfrutar de ser quien no eran en realidad, disfrutaron ser esa otra persona que encajaba a la perfección, en el cuento del otro y a su vez, estos dos personajes nuevos en sus vidas se fueron enamorando sin remedio entre sí. Ya próximos a sus destinos, el avión empezó su aproximación a la pista, su mano apretó de nuevo muy fuerte el antebrazo de Luis, las ruedas del avión tocaron la pista, entre ruidos y aplausos, el avión comienza a detenerse hasta que lo hace definitivamente; se vieron a los ojos y ambos en un impulso desesperado, se perdieron en un gran beso apasionado que duró una eternidad, seguido de un abrazo lleno de complicidad y ternura; pero llegó el momento y se separó de él diciendo dulcemente:
《 Adiós mi pelotero jamás te olvidaré.》
《 Yo tampoco lo haré; adiós Astrid mi hermosa actriz.》
Y cada quien siguió su destino sin mirar atrás; volvieron a ser los que antes fueron. "El Estudiante y la Asesora Comercial".
El sabio hace su sabiduría conocer
ResponderBorrarExacto ! gracias por leerme lo aprecio mucho !
BorrarSobrino. La realidad de la vida. En esa historia. Que como lo mencionaste al prin ipio puede ser producto de tu imaginación. O un caso real. El punto es que siempre nos inventamos una vida. Quizás para no ver nuestra realidad.
ResponderBorrarAl fin y al cabo. La vivimos de la mejor forma y cumplimos. O vivimos nuestros sueños hasta que sea posible.
Sigue con tu inspiracion
gracias tio, mil gracias
BorrarComo siempre, formidable mi Guerrero! Te bendigo grandemente siempre y tqqj!
ResponderBorrarGracias mil gracias!
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