La Inocencia

 

La Inocencia

Hola Tío, ¡Bendición!

Así de esta manera tan cariñosa, tan tradicional y netamente nuestra, de mi tierra, suele recibirme efusivamente mi sobrino, José de Jesús de 9 años; de esa forma hermosa, todos los días sin falta; detalle que me conmueve en lo más profundo de mi alma, por que me remonta, a todas esas Bendiciones pedidas por mí a lo largo de mi vida. Él rinde honores a ese acto simbólico que pone aún ser querido o amado, en la posición de afirmar que la única Bendición que necesitamos en nuestra existencia es la de Dios. Es imposible no recordar, no ver en la candidez de su mirada, mi misma candidez, cuando pedía sin descanso, la Bendición divina a través de mis Padres, abuelos y tíos. Mi pequeño, pero gran sobrino se caracteriza por su energía desbordante, por la velocidad de su pensamiento que es como el rayo. Las conversaciones con José de Jesús son una suerte de montaña rusa, son vertiginosas, llenas de expectativas; normalmente me deja sin saber que me espera en la próxima curva. Yo hago un esfuerzo gigante en entenderlo y él hace un esfuerzo gigante en hacerme entender, lo que lo hace sumamente divertido, rompiendo cualquier barrera impuesta por la edad. A través de sus opiniones, su modo particular de ver las cosas y las circunstancias de la vida, él me enseña; eso es algo que valoro sobremanera, por que no hay nada que me llene más en la vida que aprender. Me impresiona lo entusiasta que es en colocar temas y conversaciónes interesantes, al menos para mí; por ejemplo: 《¿Tío Sabes que le dijo un Pavo Real a otro Pavo Real?》 Yo estaba un poco distraído, lo confieso y la pregunta no me parecía de vida o muerte en ese momento. Le respondí. 《 No sé sobrino, dímelo tu 》 《 Obvio Tío, le dice: “Ganso Real” 》 Me pongo atento, por que veo que viene con algo bueno y respondo: 《 Pero también podría decirle: "Gallinazo Real"... ¿no te parece?》 Él me contesta a viva voz: 《 Eso Tío! se van juntos los dos; Ganso Real y Gallinazo Real de paseo a la playa. ¡Pero que se abrochen los cinturones !》 Sin mostrar asombro, tratando de llevar el ritmo, pero presto en la jugada le contesto: 《¿Cinturones?》 《 Si tío; por que la cosa es en carro y utilizar los cinturones de seguridad, te puede salvar la vida. ¿Verdad? 》 Me dice viéndome fijamente a los ojos. No pude hacer más que poner todos mis sentidos en la conversación; por que ahora la pregunta sí era importante, ahora si estaba en juego un hecho de vida o muerte. Le respondí con una sonrisa en mis labios y mi mano en su cabeza: 《 Si sobrino exacto la seguridad ante todo, siempre hay que utilizar los cinturones de seguridad, te puede salvar la vida.》 Admiro mucho su capacidad de llevar una conversación, sin aparente coherencia a un hecho firme, concreto, real, de importancia. nunca olvido lo que escuché de un buen amigo, maestro y extraordinario escritor, Bernardo Jurado, algo que dice así: “Les aconsejo relacionarse con personas que no sean de su misma edad, debemos relacionarnos con personas mayores, más jóvenes o niños; por que en ellos podemos encontrar el verdadero centro, solo ahí podemos encontrar el término medio de a donde va el mundo”. Interesante concepto el cual comparto definitivamente. El observar el mundo a través de los ojos de un niño, te lleva a ese punto de maravillarte por lo sencillo, nos hace entender y añorar aquello que tristemente perdimos al crecer y que jamás recuperaremos. "La inocencia"