Caligo

Caligo.

 Cómo la Mariposa búho o Caligo, mariposa, imponente, gigante, tanto así que adquiere unas dimensiones impresionantes. Puede llegar a medir hasta 18 cm de envergadura y por regla general, son del género de los lepidópteros ditrisios, de la familia Nymphalidae.

 Así, exactamente así, como esta mariposa, Todos, pero absolutamente todos, los seres vivos en este planeta, engañamos o pretendemos hacerlo.

 Estás mariposas, en particular, lucen en sus alas ocelos, pigmentaciones de colores diversos que en su conjunto asemejan a un ojo y plumajes de un búho, causando una distracción salvadora, de sus depredadores naturales; y es un hecho como ellas, todos los animales mentimos o engañamos de alguna forma y dependiendo de las circunstancias.

 Pero sin duda alguna, el peor mentiroso de todos en el reino de Dios, bajo las estrellas, sobre y debajo del Mar, en toda la inmensidad del cosmos conocido, es el Homo sapiens (del latín, homo ‘hombre’ y sapiens ‘sabio’).

 Pues, de una manera absurda pretende engañar sin medida, sin reparo, inclusive así mismo, el ser humano en mi opinión, es un mentiroso consumado, muy malo y poco eficiente, bien lo reza el dicho popular:

“La mentira tiene patas cortas”.

 Pocos, son los individuos tan brillantes como para elaborar un engaño capaz de soportar, el duro juicio del tiempo. No podemos negar viéndolo bien, desde otro enfoque, desde otro punto de vista, que mentir puede ser un arte, caracterizar un personaje, como lo hacen actores de alta factura, puede ser un deleite para los sentidos, sin duda alguna.

 Quizás podemos decir que en ocasiones, es hasta satisfactorio sentirse engañado, un ejemplo clásico de ello, es cuando en gentil gesto espontáneo, una dama deja salir de sus temblorosos y carnosos labios, un apresurado “Te amo” en un momento íntimo de entusiasmada pasión, eso, es un engaño o una mentira deliciosa, ante la cual sucumbimos sin problemas.

 Con esto que escribo, no quiero decir mayor cosa, ni me considero el autor del agua tibia, es un hecho cierto, no se puede creer en nadie ciegamente, ni en nada a priori, nadie está en la capacidad de hacerte feliz, ni de comprenderte del todo, el juego de la vida es mucho más que eso.

 Para que la mentira o el engaño sea exitoso, solo faltan dos componentes, el que la fabrica y el que la consume. Las diferentes maneras o circunstancias de la vida, te crean realidades diversas, la perspectiva de cada persona referente a un hecho en particular, causan múltiples formas de ver las verdades, a veces no vemos las cosas como son, simplemente por qué no abrimos bien los ojos, ante ellas.

 Desde su nacimiento, desde su fundación, la mentira es blasfema, pues jamás provendrá de la verdad, es algo difuso lo que separa la mentira del engaño, por lo general la mentira la decimos, la podemos expresar hasta de una manera infantil con colores, ejemplo:

“No creo haber hecho daño, solo dije una mentira blanca”.

 Cosa absurda que nos aleja, aún más de la razón, como puede ser blanco algo totalmente turbio, oscuro, como lo es la mentira; el engaño, en cambio, suele traer algo más con él, es más elaborado incluye palabras, hechos, acciones, discursos enteros, Gobiernos enteros, ideologías completas, lo encontramos en consignas como:

“Ser rico es malo”.

 Propuesta falsa por completo. Frases como esas me hacen recordar y admirar aún más al político y abogado estadounidense que ejerció como decimosexto presidente de los Estados Unidos de América, Abraham Lincoln:

“”Podrás engañar a todos durante algún tiempo; podrás engañar a alguien siempre; pero no podrás engañar siempre a todos"".

Por: Luis Gonzalo Guerrero.