Hay que sentir el pensamiento

Hay que sentir el pensamiento

Realmente es una sensación suave, es como introducir las manos en la arcilla y sostener esta fuertemente entre ellas, e ir moldeando poco a poco, todo en ellos se va disfrutando a plenitud mientras más profundos y exigentes son. Cuando la actividad y creación de la mente deriva en pensamientos, todo es posible; de hecho solo podemos pensar y seguir pensando, pues debemos lidiar con todo aquello traído a la existencia, mediante la incesante y monumental erupción del intelecto. Todos los frutos que la mente puede generar incluyendo las actividades racionales, reflexivas o las abstracciones de la imaginación, son expresadas a través de pensamientos.

"Yo pienso, por lo tanto soy"

en latín:

«Cogito ergo sum»

Que es una traducción del planteamiento original de Descartes en francés:

«Je pense, donc je suis»

Frase extraída de su famoso Discurso del método (1637). Así como el ser humano no pierde la capacidad de jugar en su adultez, cosa que lo define por encima de otros animales, también desarrollamos la magnífica y extraordinaria capacidad de imaginar. Y esto es algo que me toca en lo personal definitivamente, es mi vínculo con lo divino, da forma a mi vida, de la misma manera que mis manos dan sin descanso forma a la arcilla.

Se escucha el inconfundible sonido de una botella medio vacía destrozada contra una pared, los pasos descoordinados, atropellando todo, una voz balbuceante con tesitura fúnebre pidiendo alivio, simplemente eso, alivio. Yo estaba parado del otro lado de la puerta, debatiendo mis pensamientos entre tomar la decisión de entrar y atender el llamado de mi vecino o tener la acción más común de todas, ignorar al prójimo; pero como mi ser no se caracteriza por dar la espalda a ninguna adversidad, decidí entrar y socorrer a mi ilustre amigo. Luciano Andreotti, era un colega escritor perteneciente a otra generación, él encontró su plena madurez intelectual en los años 60, lo que le trajo como consecuencia una seria adicción a todo, era adicto a la música jazz, al licor en todas las presentaciones y sobre todo a las drogas. Con el ir y venir de los años sus capacidades fueron en decadencia y aquí se encontraba enclaustrado, compartiendo residencia con nosotros escritores principiantes, insipientes con muchos sueños, que ponemos nuestro empeño en todo, pero recibimos muy poco o nada, aunque quizás lo más seguro sigamos rasgando la maldita piel con escamas de la ciudad de los Ángeles, dónde se crean los sueños y se destruyen con tanta facilidad, como se destruyeron las neuronas de Luciano Andreotti. Entre y lo que mis ojos vieron, era digno de una inyección antitetánica, por todos los cielos, como era posible que una mente maestra de las letras, pudiera caer en tan profunda fosa, a su alrededor todo era caos, botellas de toda índole, mezclado con un fuerte olor a comida descompuesta, su cuerpo de un color verduzco cosa muy extraña, posiblemente causado por serios trastornos hepáticos, yace en el medio de la habitación desnudo, víctima de la más profunda indigencia y abandono de sí mismo. Me acerco a él y le sostengo la cabeza con ambas manos y sus últimas palabras fueron:

¡Alivio, alivio!

Las consecuencias de no medir los pensamientos, pueden ser varias y hasta terminar en trastornos serios para la salud, como lo es el Síndrome del Pensamiento Acelerado (SPA), que es una condición que afecta a mucha gente, es un tipo de ansiedad; se puede definir como el exceso de información, de actividad, preocupaciones y presiones sociales, que pueden acelerar la mente a una velocidad aterradora.

Los pensamientos son para disfrutarlos, saborearlos, para llenar nuestra vida de más vida, están allí para que podamos entrar y salir de mundos mágicos a placer, nunca jamás para encadenarnos a nada.