Gloria divina





Gloria divina 



"Abrí mis ojos hoy, una vez más de mañana, viendo el mismo techo blanco, La misma lámpara dorada; al voltear está la mesa de noche que me acompaña desde hace meses; la Biblia puesta sobre ella, polvorienta, sin nada que denote que alguien, ni por casualidad la ha ojeado en años; un adorno más es ella, en una habitación de hotel cualquiera. Con esfuerzo supremo, levanto mis huesos de la cama, arrepentido hasta de esta primera acción, poco dispuesto a enfrentar todo lo que tengo por hacer en el día. Mis días, que ninguno son buenos por lo regular, desde que tengo memoria. El agua fría del lavamanos, se empoza entre mis manos y en súbito movimiento, la arrojo sobre mi rostro adormitado, sin ánimo, sin alma". Y sigue: "El cielo de esta ciudad es sombrío, gris, lleno de contaminación, denso totalmente, uniforme, no hay como detallarlo". Y así continuó en una letanía de malos augurios y pesares sin fin, a lo largo y ancho de toda nuestra charla, mi querido amigo Facundo. Nos encontrábamos tomándonos unas cervezas, en el tranquilo barrio las Peñas, de la ciudad de Guayaquil.

Ramón de Campoamor nos dice:

«Y es que en el mundo traidor, nada hay verdad ni mentira: Todo es según el color, del cristal con que se mira»

Es increíble, yo solo lo oía hablar; pero les confieso que ya tenía mucho rato de no escucharlo, no le encontraba sentido a lo que con tan poca pasión me decía. El sentimiento que lo envolvía, lo hacía por completo, de una forma tan atroz, que no daba cabida a otra cosa, sino al pesimismo. Trate en varias oportunidades de parar su metralla de malas vibras, su terrible espiral descendente; pero fue en vano, siguió y siguió hasta que lo detuve bruscamente, le presenté algunas excusas, las cuales improvisé en el momento, acto seguido pagué mí cuenta y me retiré lo más pronto posible.

En el camino de regreso a casa no dejaba de pensar, que manera tan dañina de ver el mundo tiene mi amigo Facundo; pero si yo vivo en esta misma ciudad y jamás he visto el cielo de esa forma, tan poco atractiva, claro si he visto gris el cielo en ocasiones; pero de un gris plomo elegante, con carácter, de ese tipo de gris, que te invita a vestir de forma diferente, con un poco de contraste y accesorios largos que protejan de cualquier imprevisto climático.

¡Que exacto fue Campoamor, en sus palabras!

Agarre mi celular y le escribí un mensaje:

《 facundo amigo, mañana al abrir los ojos detén tu rutina en la mesa de noche, en la biblia polvorienta, en esa que has ignorado durante años y lee, Lucas 6:45. Espero te ayude.》

“El buen hombre del buen tesoro de su corazón saca bien; y el mal hombre del mal tesoro de su corazón saca mal; porque de la abundancia del corazón habla su boca”.

Nada nos impide ver el mundo de una manera sana, hermosa, todo tiene un punto de vista positivo, atractivo; la mente y el corazón pueden ser llenados a diario de gloria.


Comentarios

  1. Excelente mi Guerrero! En ésta vida y todos los días, tenemos dos opciones, ver lo bueno de todas las cosas que nos sucedan (sean malas o buenas) y verle el lado negativo y oscuro a todo...

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  2. tremenda !loco con intervencion divina y todo

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