Por medio continente parte I





Por medio continente


Parte I



Amanece una vez más y sobre el monumento histórico loma de bolívar, sale radiante el astro rey, dejando caer sus brillantes rayos de forma generosa. Estos rayos cálidos son típicos de la ciudad de Cúcuta, norte de Santander, Colombia.

Yo vivía a menos de tres cuadras de este monumento, el cual debe su nombre a que cerca de allí tuvo lugar la "Batalla de Cúcuta" que fue la primera etapa de la campaña admirable, donde participo Simón Bolívar.

Es algo muy particular en mí que hasta en las peores situaciones o momentos más grises de mi vida, los relaciono con un lugar histórico o hermoso; lo hago para poder anclar en mi memoria esos momentos con algo digno de destacar. 

No sé si lo hago en definitiva por mi amor a la historia y mi pasión por lo hermoso o simplemente como aliciente para mi alma.

En ese día cuando me disponía a salir, a ganarme la vida de forma humilde, pero honrrada, mi cuñado Alexander Castillo Torres me dice de forma sorpresiva:

《Cuñado vámonos de aquí, sigamos avanzando, aquí ya hay demasiado emigrante y la situación cada vez se pone peor》

Yo siempre con la mente positiva le digo:

《 cuñado tengamos paciencia todo se va a arreglar, pudiéramos estar peor, tranquilo》


Agarre la cava, mi morral lleno de fundas plásticas con agua, mi dignidad y salí a las calurosas calles de Cúcuta.

El camino era largo hasta la avenida principal y en él noté algo, que en las semanas transcurridas no había pasado y era una cantidad enorme de personas haciendo lo que yo hacia, vendiendo lo mismo y de inmediato entre en razón. La oleada de mis coterráneos aumentaba y las plazas de trabajo se cerraban y el rango de maniobra se reducía al mínimo.

Mis pensamientos se fueron a la conversación que había sostenido en la mañana con mi cuñado y me fui a la casa a su encuentro, dispuesto a seguir avanzando.

Al llegar a la casa mi cuñado me aborda de inmediato, con voz nerviosa entre cortada me dice:

《cuñado listo, hace unas horas conocí a unas muchachas y me dieron un dato bueno, en un pueblo cercano se da el café y a los recolectores le pagan muy bien y así podemos estabilizarnos》


Me dejo sorprendido, totalmente inmóvil, pero pensante y conteste:

《Si va》


Agarramos nuestras pertenencias que no eran muchas, dejando todo lo que nos había tomado un esfuerzo en obtener, sin mirar atrás fijamos rumbo hacia el terminal con unos cuantos pesos en los bolsillos, pero con el alma llena de esperanzas y el bravo pueblo corriendo en nuestras venas; dispuesto a todo por salir adelante y labrar un futuro para nuestras familias.

Esta situación vivida por mí es una historia común por desgracia, entre todos los que tuvimos que abandonar nuestro país Venezuela, por tierra a través de la frontera con Colombia.

Para mí esa decisión fue crucial pues mi destino tomo otro rumbo, di paso a mil y una aventuras, llene mis retinas de paisajes y mi alma de vivencias, de las cuales pienso escribir.

Los invito a que me acompañen en mi aventura por medio continente.


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