Cenizas en mi alma

Cenizas en mi alma

En horas de la noche del 8 de junio del 2020, el volcán “Sangay” presentó un evento eruptivo. Posiblemente relacionado con el colapso del frente de lava, que baja por el flanco sur oriental del volcán. Asociado a este colapso se habrían generado corrientes de densidad piroclásticas (flujos piroclásticos) que descendieron por el río Volcán (flanco sur este). Las emisiones de ceniza que se generaron durante este evento, se trasladaron hacia el sur occidente, debido a la dirección y a las altas velocidades del viento. La ceniza arribó a las provincias de Chimborazo, Los Ríos, Guayas, Santa Elena y Morona Santiago, provocando caídas de cenizas, que variaron de fuerte a leve. Todo esto dicho por diversos medios informativos de la web.

Yo vivo en Guayaquil, una ciudad hermosa de diversas formas y confusa en muchas de ellas; no deja de asombrarme su clima, sus brazos de mar, sus malecones, sus parques, sus ríos, museos, sectores populares, comidas típicas y sus bien diseñados, centros comerciales. Contrario a lo que muchos piensan, es una buena ciudad para vivir; compleja en su dinámica, muy sectorizada. Tiene una particularidad que es muy plana y para los que estamos acostumbrados a tener como punto de referencia, cosas en lo alto, como torres comerciales, anuncios de marcas populares o montañas, eso aquí no se ve, es muy diferente, y por ende es muy fácil perderse. Pero esa mañana, para mí fue algo muy emocional; para ser sincero al ver la ciudad llena de cenizas de forma tan uniforme, hubo en mí una mezcla de sentimientos fuertes, encontrados en su mayoría, intensos; que fragmentaron en mil pedazos mi sensibilidad.

El 14 de mayo 2020, mi primo hermano (Javier Enrique Nieves Arenas) me llama y me dice la fatídica noticia.

 

¡Murió Papá!

Como poder aceptar esa noticia, fue como el Catatumbo en plena actividad; en silencio aguardé que la compostura llegara hasta a mí, para no ser un motivo más, de su angustia y poder servir en algo en su momento de supremo dolor. Esta ciudad llena de cenizas llevó mis pensamientos, a lo más profundo de mí; así como esas cenizas estaban uniformes sobre todo sin reparos, así estaba de forma uniforme la presencia de mi Tío, en toda mi alma. 

Mi Tío Isaac Nieves Banchs (BUSA), fue un hombre de una vida audaz llena de experiencias nutridas, fogueadas en la calle con una herencia familiar muy fuerte. Su Padre fue un luchador por la libertad, que entregó su vida por la democracia de mi país Venezuela. Su Madre una mujer sin punto de comparación, que entregó su vida al igual que su esposo, pero por sus hijos y su familia; fue un hermano ejemplar a carta cabal; era un hombre de muchas cualidades. Yo sé, ustedes dirán: 

“clásico, cada vez que un ser amado parte, todo en él eran cualidades”.

Pues si; Todo en él para mí eran cualidades, así lo voy a recordar siempre. Está en mis posibilidades hacer eso y tomo esa decisión.

Les cuento que “busa” vio la luz en Caracas, ciudad Capital de Venezuela, su zona, sus calles, eran esas, las de Caracas. Llegó a mi familia materna siendo un joven bien parecido, de buen porte, con una seria afición por los deportes; cosa que desarrolló a muy alto nivel, destacándose como beisbolista de AA en las ligas Nacionales; en el boxeo también destacó.

Su patio, era la Parroquia "La Pastora". Que es una de las 22 parroquias del Municipio Libertador del Distrito Capital, de Venezuela y una de las 32 parroquias de Caracas. 

La Pastora fue en varios sentidos, para él, uno de sus grandes amores, sus amistades, los sitios de encuentro, sus historias de callejón, las anécdotas de infancia, todas eran contadas por él, de una manera exaltada con lujo de detalle, cosa que siempre creaba un ambiente de distracción y buena vibra entre nosotros. Su vida como hombre de familia fue de lucha; sus hijos de primero, en el altar de sus afectos, ellos eran su vida entera. Siempre veló por el bienestar de los suyos, entregando toda su energía en abastecer las arcas familiares, nunca dejó de ejercer su rol ni un minuto, ni un instante; amante esposo, fue para mi Tía todo, para sus hijos, nietos y sobrinos algo más que un todo; fue la suma de todo lo bueno lo positivo. Para mí fue mi tío, me dio todo su amor, su cariño y su paciencia. A partir del 14 de mayo del 2020, sin duda alguna; habrá cenizas en mi alma. Y como decía el mismo: “En el Infield de mis ojos tendré una lágrima en pisa y corre”.