Mi pueblo magico
Mi pueblo mágico
La memoria traiciona y más cuando uno no la ejercita, creo que estamos todos de acuerdo con el hecho de que no somos más que el cúmulo de nuestros recuerdos, las vivencias son una parte integral de nuestra alma, ya es un hecho que mi cabello blanquea de forma desesperada, producto de un almanaque que deja caer sus hojas una tras otra sin parar, cosa que trato de no prestarle mucha atención, pero indudablemente pasa, no sé si desde ese hecho nace este deseo de compartir lo vivido, o no sé si nace algo realmente, puede ser que nazca algo del motivo de saber que se muere un poco cada día. Mi nostalgia es de exaltar jamás lo contrario, el recorrido por nuestros momentos debe ser alegre, ya que la memoria puede ser selectiva para este fin, y logra hacerlo muy bien, se los aseguro, además puede allanar el camino para despertar todo tipo de amores encerrados en pequeños surcos de ella.
Los aparatos reproductores de música de entonces tenían un sonido muy particular, lo que ahora llamamos alta definición de audio, es otra cosa, aquellos aparatos tenían la particularidad por lo menos en mí, de despertar diversas emociones, se escuchaba ese pequeño zumbido producido por los cabezales en su roce con la cinta o el crujido de la aguja en su paso por cada surco del LP, que son irremplazables, en esos muchos días de asueto o de feriados, por que en mi país es así, como se dice popularmente :
Los aparatos reproductores de música de entonces tenían un sonido muy particular, lo que ahora llamamos alta definición de audio, es otra cosa, aquellos aparatos tenían la particularidad por lo menos en mí, de despertar diversas emociones, se escuchaba ese pequeño zumbido producido por los cabezales en su roce con la cinta o el crujido de la aguja en su paso por cada surco del LP, que son irremplazables, en esos muchos días de asueto o de feriados, por que en mi país es así, como se dice popularmente :
“No se puede ver una cabeza de gallo, por que se arma un sancocho”
Mis padres casi siempre disponían salir de casa de forma forzosa y yo compartía esos afanes. Todo empezaba con música muy temprano en la mañana los temas o canciones dependían de nuestra DJ oficial mi Madre, que con absoluta sabiduría complacía al equipo familiar de cuando en cuando, pero por lo regular a esas horas de la mañana era música “venezolana” llanera, con lo mejor nuestro Simón Díaz, "La Tonada del Cabrestero” y la arepa de carne mechada con queso de mano en mi plato, son delicias insuperables para un venezolano, algo que se puede catalogar como un momento empírico, fuera de todo debate, ya embarcados en él vehiculó quedaba ante nosotros por lo menos tres horas y media de viaje, debo decir que el paso por la ciudad Capital no era agradable, el tráfico pesado, la contaminación y ciertas vistas poco agraciadas de nuestra Capital, aunado al ansia de salir de ella, lo hacían un poco tormentoso, pero ya en el peaje de tazón todo cambiaba, saben a lo que me refiero, nuestro destino era un pueblo llamado borburata en Puerto Cabello, Estado Carabobo, allí mis padres tenían una propiedad lograda con mucho esfuerzo y construida desde sus cimientos, luego paso a describir nuestra pequeña villa en otra oportunidad, si la providencia me acompaña, ya que por si sola es un personaje central, borburata para nosotros y cuando hablo de nosotros me refiero a la familia ampliada, tanto materna como paterna, tenía y no dudo que todavía lo tenga, un significado especial, significaba descanso, hermandad, Desinhibirse de los problemas del día a día y sentir ese compartir dinámico sin formalidades, pero ese pueblo es mucho más que eso, mucho más.
Juan de Villegas fundó Borburata oficialmente en 1548, y a lo largo del tiempo por su misma historia su población era mayormente de personas de color con fuertes influencias africanas, lo que le daba un aire indomable, las personas te daban su confianza de forma inmediata y tu nombre no significaba nada ni el de nadie, uno simplemente era el hijo de tal o cual persona, ejemplo: “mira dile al hijo de ramón que vaya pa’ que el de la bodega, del hijo de mayo,” y así por el estilo pero como me refería anteriormente su historia va más allá.
Era el puerto donde calaban los barcos europeos antes de la creación de Puerto Cabello en época colonial, el comercio se dio en la zona desde tiempos inmemorables entre poblaciones indígenas a través del “paso de vigirima” huellas de todo esto aún se conservan en sus parajes, en 1555 piratas franceses ocuparon la aldea durante seis días, donde hubo una devastación total para luego abandonarla a su suerte, el 3 de abril de 1565 el corsario y negrero inglés Sir John Hawkins favorito de la reina Isabel I inicia en Borburata el comercio triangular de esclavos africanos en la costa norte de sur América, ya en el siglo XVII Dejo de tener importancia Como puerto por el desarrollo de Puerto Cabello, y así podemos estar citando mil anécdotas, tiene muchas otras historias hermosas y de importancia.
Luego de un recorrido de varias horas y pasar la maravillosa ciudad de Valencia, se empieza el descenso hacia Puerto Cabello, en ese instante la cercanía con nuestro sitio de destino era evidente y los ánimos a full maquina, el paisaje de esa carretera es digno de destacar, ella se encuentra surcando de forma descendente la cordillera central del País, en dirección al mar, incrustada armónicamente en la montaña de manera que parece un río entre ellas, esas majestuosas montañas llenas de verde y de tamaño colosal, son amplias y bastas cual manto de gracia, en ellas se encuentran difuminados miles de puntos amarillos, pero de un amarillo intenso, que son obra del árbol Nacional nuestro Araguaney, que se camufla todo el año de verde, pero en determinada época florece, y es la forma en que lo recuerdo siempre, como lo mencioné antes la memoria es selectiva, después del paso por esta serpiente de asfalto, peligrosa en mucho de sus tramos hay una parada obligada “El Palito”, donde se degusta unas empanadas riquísimas de algo similar al cazón, aunque ellos aseguran que lo es, pero después de probar las empanadas Margariteñas puedo jurar que eso nunca fue cazón, pero da igual ya el ambiente es de playa, anuncios de Polar por todos lados, más licorerías que farmacias y mi pueblo a solo minutos. Borburata tiene una entrada muy particular, una pequeña loma que bordea una cueva y como tal es muy estrecha, de inmediato te rodea un ambiente montañoso y húmedo, la carretera se convierte del ancho de un carro, de lado y lado una vegetación tupida muy verde diferente en detalle al resto, muy serpenteante, pequeñas fincas la bordean y una vaquera abandonada, al cabo de 5 minutos en ese túnel del tiempo llegas a un pueblo hermoso, vivo, lleno de gente de sonrisa amplia y de manos extendidas, rostros que denotan esa herencia de fuerza y trabajo.
No cambio nunca lo vivido en ese lugar, sus tambores del 24 de junio día de San Juan, sus tostones, la urbanización el Manglar, la poderosa Guarapita de parchita, y los buenos amigos, puedo secar mi mano escribiendo de ese maravilloso sitio, con seguridad lo haré, borburata mi pueblo mágico.
Juan de Villegas fundó Borburata oficialmente en 1548, y a lo largo del tiempo por su misma historia su población era mayormente de personas de color con fuertes influencias africanas, lo que le daba un aire indomable, las personas te daban su confianza de forma inmediata y tu nombre no significaba nada ni el de nadie, uno simplemente era el hijo de tal o cual persona, ejemplo: “mira dile al hijo de ramón que vaya pa’ que el de la bodega, del hijo de mayo,” y así por el estilo pero como me refería anteriormente su historia va más allá.
Era el puerto donde calaban los barcos europeos antes de la creación de Puerto Cabello en época colonial, el comercio se dio en la zona desde tiempos inmemorables entre poblaciones indígenas a través del “paso de vigirima” huellas de todo esto aún se conservan en sus parajes, en 1555 piratas franceses ocuparon la aldea durante seis días, donde hubo una devastación total para luego abandonarla a su suerte, el 3 de abril de 1565 el corsario y negrero inglés Sir John Hawkins favorito de la reina Isabel I inicia en Borburata el comercio triangular de esclavos africanos en la costa norte de sur América, ya en el siglo XVII Dejo de tener importancia Como puerto por el desarrollo de Puerto Cabello, y así podemos estar citando mil anécdotas, tiene muchas otras historias hermosas y de importancia.
Luego de un recorrido de varias horas y pasar la maravillosa ciudad de Valencia, se empieza el descenso hacia Puerto Cabello, en ese instante la cercanía con nuestro sitio de destino era evidente y los ánimos a full maquina, el paisaje de esa carretera es digno de destacar, ella se encuentra surcando de forma descendente la cordillera central del País, en dirección al mar, incrustada armónicamente en la montaña de manera que parece un río entre ellas, esas majestuosas montañas llenas de verde y de tamaño colosal, son amplias y bastas cual manto de gracia, en ellas se encuentran difuminados miles de puntos amarillos, pero de un amarillo intenso, que son obra del árbol Nacional nuestro Araguaney, que se camufla todo el año de verde, pero en determinada época florece, y es la forma en que lo recuerdo siempre, como lo mencioné antes la memoria es selectiva, después del paso por esta serpiente de asfalto, peligrosa en mucho de sus tramos hay una parada obligada “El Palito”, donde se degusta unas empanadas riquísimas de algo similar al cazón, aunque ellos aseguran que lo es, pero después de probar las empanadas Margariteñas puedo jurar que eso nunca fue cazón, pero da igual ya el ambiente es de playa, anuncios de Polar por todos lados, más licorerías que farmacias y mi pueblo a solo minutos. Borburata tiene una entrada muy particular, una pequeña loma que bordea una cueva y como tal es muy estrecha, de inmediato te rodea un ambiente montañoso y húmedo, la carretera se convierte del ancho de un carro, de lado y lado una vegetación tupida muy verde diferente en detalle al resto, muy serpenteante, pequeñas fincas la bordean y una vaquera abandonada, al cabo de 5 minutos en ese túnel del tiempo llegas a un pueblo hermoso, vivo, lleno de gente de sonrisa amplia y de manos extendidas, rostros que denotan esa herencia de fuerza y trabajo.
No cambio nunca lo vivido en ese lugar, sus tambores del 24 de junio día de San Juan, sus tostones, la urbanización el Manglar, la poderosa Guarapita de parchita, y los buenos amigos, puedo secar mi mano escribiendo de ese maravilloso sitio, con seguridad lo haré, borburata mi pueblo mágico.
Sabías palabras me gustó mucho felicitaciones...besos mil
ResponderBorrarGracias besos de vuelta !!!
ResponderBorrarEn esencia somos raíces venezolanas, bien único y me siento orgulloso que dignamente usted lo transmita, felicitaciones amigo
ResponderBorrarGracias mil gracias amigo por leerme ! un abrazo a la distancia
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