Isla Bohio






Isla Bohio 



Ave Anacaona, Parque Mirador Sur, calle Higuemota, residencia Esvisa I

Esa era nuestra dirección en Santo Domingo, Republica dominicana.

Vivíamos en un edificio construido por una sola familia los cuales todos vivían en el mismo, eran propietarios y residentes, los únicos que no teníamos lazos sanguíneos en común entre ellos en la residencia éramos nosotros, como cosa del destino los adultos eran contemporáneos con mis Padres y sus hijos y yo también estábamos en el mismo rango de edad, como pueden imaginar esa mezcla de merengue y música llanera no se hizo esperar pero los detalles de esto y anecdota lo dejare para otra oportunidad.

No recuerdo un día malo en esa isla

Mi padre cumplía funciones diplomáticas en dicho país como agregado de defensa de la Embajada de Venezuela, mi Madre fiel compañera se encargaba de las relaciones públicas entre las damas de la sociedad Dominicana y yo su vástago consentido dedicado a mis estudios de secundaria los cuales tuve a feliz termino en esa hermosa isla, en una institución que cambio mi vida y mi manera de ver el mundo, institución que esta a cargo de los hermanos de “San José de la Salle”. Esta isla la Española tiene la particularidad de albergar dos países totalmente diferentes como lo son la República Dominicana y Haití. Su extensión territorial es de 48.442 km² ósea es muy grande, es parte de las Antillas mayores y se destaca por su vegetación, caudalosos ríos y sus maravillosas playas. Tiene una historia muy rica intensamente ligada a los otros países de la región como todos conocen fue punto de apertura ala colonización, ya que el Almirante de la Mar océano topo con ella el 5 de diciembre de 1492 dando así comienzo a la conquista del nuevo mundo.

Pero déjenme contarle lo que yo viví:

En año 1995 yo era un joven de instinto salvaje con todo el ímpetu que a esa edad un hombre sano puede tener, con más energía que una locomotora Unión Pacific 3985 o UP 3985, desenfrenado y abierto a recibir los favores de cualquier dama que en un momento de poco juicio posara sus ojos en mí. Por mi mente no pasaba ningún pensamiento juicioso ni conservador era un adolescente consumado fuerte y viril, con más aptitudes de toro que de persona. Un dia en reunion familiar mi Padre nos da la repentina noticia de que nos mudariamos de pais por cuestiones de trabajo, cosa que para nosotros no era extraña ya que los familiares de un Marino de Guerra siempre andamos con las maletas preparadas, puedo decirles que en mis haberes debo tener mas de mil mudanzas, pero esta vez seria a una isla del Caribe llamada la Española, acto que acepte de buen gusto al igual que mi Madre, yo solo pensé en mis posibilidades con el género femenino en esas latitudes y viniendo de Venezuela que en su momento gozaba de un estatus de país próspero y rico, puerta de Sur América, cuna de bolívar etc, pensaba en voz baja “nada yo alla voy a hacer de las mías”.

Después de las despedidas de rigor en el aeropuerto internacional de Maiquetía que incluían primos, tíos, amigos con sus respectivas lágrimas, abrazos y uno que otro trago de poesía liquida algo que no puede faltar, nos dispusimos abordar el avión. Estos actos que ahora a la distancia noto por demás exagerados por que si a ver vamos no íbamos a la guerra de golfo, ni a Sierra Leona, ni al Congo belga. Republica Dominicana queda a solo 3 horas y media de vuelo desde Maiquetía travesía que se realiza de forma directa. Pero en esta oportunidad toco hacer  una pequeña escala en Curazao de tan solo 45 minutos, tiempo que aprovechamos para distraernos un poco y seguir degustando de unos copetines Escoceses mayores de edad. Al aproximarnos en vuelo note que la impresión que tenía de aquella isla estaba totalmente fuera de la realidad por mi mente jamás paso que lo que detallaban libros modernos y documentales se quedara tan corto, desde el aire esta isla parece un relato de Julio Verne es impresionante para no decir otra cosa, esta completamente tupida de vegetación frondosa, montañas gigante con formas espectaculares, sus bordes altos de roca solida con entrepaños de playas de arena blanca que dibujan sonrisas en ella, el agua dulce brota de la tierra en todas direcciones, ríos y más ríos pero no riachuelos hablo de ríos de tamaño colosal por ejemplo el río Yaqué del norte, Yaqué del sur, Ozama, chavón entre otros, la claridad de las aguas en sus playas es bien marcada varios kilómetros mar a dentro. Después de esta impresionante vista reflexionando de forma callada llegamos al aeropuerto  Internacional las Américas en Boca Chica.

El aterrizaje fue tranquilo el piloto poso el avión como si se tratara de un cisne gigante, solo el sonido de las ruedas al tocar la pista no hizo caer encuentra de la magnitud de pericia del comandante para alcanzar tan alta maniobra, razón que genero en todos una gran excitación y termino con un aplauso en coro, el cual disfrute mucho. Al abrirse la puerta del avión sentí su calor, su olor, su no sé que, eso que solo las islas saben tener esa mezcla de sal, perfume de cayenas húmedas y sol. El Recibimiento no se hizo esperar desde la escala del avión el personal de tierra de la aerolínea todos morenos y morenas hermosos no solo en lo físico sino en espíritu, de ellos emanaba esa energía típica de la felicidad y la vocación al trabajo, con una sonrisa de “oreja a oreja” que era imposible de quitárselas ni a fuerza. En el aeropuerto el trato continuaba igual, debo decir que el aeropuerto Internacional de las Américas es un aeropuerto de primera, ubicado en Punta Caucedo, a 15 minutos aproximadamente del nuevo Puerto Multimodal, a unos 20 minutos de la ciudad capital, el confort de sus transeúntes es total muy organizado y con todas las comodidades de la era moderna, el trato para nosotros fue especial, ya que mi Padre venia en misión diplomática y eso conlleva un trato preferencial, cosa que cualquier mortal debe disfrutar pues ya es bien conocido los contratiempo y molestia causada por las aduanas en los aeropuertos. Luego de salir del terminal nos dispusimos abordar un vehículo hasta la capital, en el mismo momento que abordamos el conductor enciende el radio, allí fue que caí en cuenta que empezó mi viaje en realidad. El merengue en la isla no es una música cualquiera es una religión, los escuchas hablar de él como si fueran comentaristas de futbol se conocen hasta el mínimo detalle de la vida de sus intérpretes, es asombroso. Luego de 20 minutos se presenta ante nosotros la capital Santo Domingo que fue nuestra anfitriona por dos hermosos años, el poderoso rio Ozama, el caso histórico, cuidad colonial, el Alcázar de colon, entre muchas otras maravillas nos recibieron con los brazos extendidos. De estos 730 días los cuales mantengo el recuerdo vivo de mis vivencia y enseñanzas, lo que quiero rescatar es la convicción del pueblo dominicano de siempre brindar felicidad en todo momento, no es un secreto para nadie que es un pueblo con necesidades igual que todos en el continente, pero su vocación de servicio y su ideal de atender al visitante de la mejor forma posible los convierte en un punto de destino apetecido por todos en el mundo, lo hace merecedor de los más altos calificativos en el tema, el gran aporte que el turismo genera en la isla es una entrada de divisas constante que hace que sea un punto neurálgico en la economía.

La percepción de las personas que la visitan es de armonía y disfrute, todo esto hace de la República Dominicana sea la isla más feliz de mundo.



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Felicidad absoluta en tu día.

Las mareas y los vientos.

Hoy por tí celebro.